De reciente paso por nuestro país Cosmos entrevista al famoso jurista James B. Gentford.
Decano por más de once años de una de las más prestigiosas universidades norteamericanas, director de la mundialmente reconocida revista "Law and Beyond" y asesor del ex Presidente Clinton en temas constitucionales, Gentford es uno de los pensadores sobre temas jurídicos más admirados internacionalmente. Con una agenda académica e institucional colmada, Gentford nos concedió gentilmente la oportunidad de hablar brevemente de varios temas candentes en materia de derecho.
Mediodía soleado de un martes de septiembre en Buenos Aires. Estamos en el lobby del Hotel Internacional, luego de anunciarnos en la recepción nos comunican que Gentford bajará desde su habitación en unos minutos. Luego de unos momentos estamos con Gentford quien esta acompañado por su secretario personal. De aspecto enorme y grave, este famoso profesor universitario y referente inexorable en temas de derecho constitucional e internacional, nos regala una amplia y amable sonrisa mientras nos saluda con un solemne apretón de manos.
-Cosmos. Profesor Gentford, en su libro "Shades of Gray" Ud. parece alejarse de la postura que expresara en una su obra temprana, "All good things" porque ahora podría pensarse que ya no tiene una visión tan optimista sobre el derecho como instrumento emancipatorio en el orden internacional. ¿Es así?
Gentford. No, en realidad no. No creo que Shades of Gray sea una revisión de mi postura original. En todo caso, lo que ahora quiero decir es que el derecho sería un instrumento emancipatorio para quien logre imponerlo como tal. Es decir, "como derecho emancipatorio".
Cosmos. ¿No es eso una contradicción en sí misma?
Gentford. Lo es. Mi intención no es afirmar algo sino mostrar las contradicciones. Las contradicciones, su exhibición, resultan definitivamente pedagógicas.
Cosmos ¿En qué sentido?
Gentford. Al quedar expuestas las contradicciones de un sistemas, sus aporías, también queda abierto el camino para evitar asumir como natural lo que no es más que una imposición. Uds, particularmente, hacen denondados esfuerzo en ciertos textos vernáculos para contribuir a esta naturalización, ofreciendo como el paradigma de la libertad un sistema cuya historia demuestra que no lo es. Disculpe la digresión, pero le cuento algo, a mis alumnos antes de iniciarnos en la historia constitucional del common law, les hago ver un video de George Carlin, uno de nuestros más grandes comediantes de stan up -recientemente fallecido-, en que Carlin dice en broma una gran verdad: "los EEUU fue un país creado por hombres que querían ser libres para tener sus propios esclavos". Por cierto, se trata de una ironía desvatadora pero correcta: el texto original de la Constitución Norteamericana admitió la esclavitud hasta 1808. La facticidad la toleró hasta la Guerra de Secesión.
Cosmos. ¿Con eso quiere decir...?
Gentford. Quiero decir, ni más ni menos, que siempre me ha llamado la atención como la producción académica de Uds., -celosos copistas- en textos, seminarios, programas, etc. se muestran gozosos de ofrecer un relato legitimador y heroico de las fuentes constitucionales norteamericanas para luego, por un procedimiento demiurgico o mágico, utilizar esas fuentes para sostener retóricamente posiciones doctrinales, sentencias, legislación, etc. La construcción de sentido, con esta apoyatura ideológica, resulta asombrosa.
Cosmos: ¿Por qué cree que nosotros procedemos así?
Gentford. En México se lo conoce a esto como el síndrome de Melinche. Tengo entendido que un escritor argentino se refería a esto como el caso de ser experto en lo ajeno y experto en lo propio. Es la sodomización cultural festiva y autoconciente que compra todo el paquete eurocentrico que nos señala desde una supuesta e indiscutible jerararquía, qué es el mundo y cuáles son sus posibilidades.
Cosmos. ¿Profesor, Ud. no cree que también existen corrientes críticas que cuestionan esta visión?
Gentford. Es posible. En mi país existe un campo, los estudios multiculturales, que intentan ensanchar los espacios de discusión sobre el derecho, pero tengo que advertir que esos campos de investigación y discusión tal vez no logren ensamblarse con la problemática de esta región.
Cosmos. ¿Por qué?
Gentford. Porque como he podido constatar al observar la curricula de enseñanza de, por ejemplo la UBA, para formar y entrenar abogados todo remite a una visión eurocéntrica, incluso cuando hablan de Foucault o Agamben, están dentro de los itinerarios de otras culturas y no tienen ningún ensamblaje con lo que a Uds. les pasa como sujetos históricos con su realidad local. No hay estudios pos-coloniales en derecho, no hay textos constitucionales sistémicos que interpelen la genealogía de sus normas. Creo que sin renunciar a textos y miradas extranjeras, ustedes deberían buscar su propia ruta con pensadores locales que den con las cuestiones y desafíos jurídicos que ofrece la región y los proyectos políticos locales.
Cosmos: ¿Por qué cree que nosotros procedemos así?
Gentford. En México se lo conoce a esto como el síndrome de Melinche. Tengo entendido que un escritor argentino se refería a esto como el caso de ser experto en lo ajeno y experto en lo propio. Es la sodomización cultural festiva y autoconciente que compra todo el paquete eurocentrico que nos señala desde una supuesta e indiscutible jerararquía, qué es el mundo y cuáles son sus posibilidades.
Cosmos. ¿Profesor, Ud. no cree que también existen corrientes críticas que cuestionan esta visión?
Gentford. Es posible. En mi país existe un campo, los estudios multiculturales, que intentan ensanchar los espacios de discusión sobre el derecho, pero tengo que advertir que esos campos de investigación y discusión tal vez no logren ensamblarse con la problemática de esta región.
Cosmos. ¿Por qué?
Gentford. Porque como he podido constatar al observar la curricula de enseñanza de, por ejemplo la UBA, para formar y entrenar abogados todo remite a una visión eurocéntrica, incluso cuando hablan de Foucault o Agamben, están dentro de los itinerarios de otras culturas y no tienen ningún ensamblaje con lo que a Uds. les pasa como sujetos históricos con su realidad local. No hay estudios pos-coloniales en derecho, no hay textos constitucionales sistémicos que interpelen la genealogía de sus normas. Creo que sin renunciar a textos y miradas extranjeras, ustedes deberían buscar su propia ruta con pensadores locales que den con las cuestiones y desafíos jurídicos que ofrece la región y los proyectos políticos locales.
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